lunes, 11 de abril de 2011

La ruta picassiana (VI): Manuel Pallarès

Para nuestra ultima entrega sobre Picasso y su ajetreada vida, utilizaremos unas palabras de Manuel Pallarès, el mejor de sus amigos catalanes. Nació en Orta de Sant Joan en 1876, cinco años antes que Pablo. La relación con Picasso, que duraría más de setenta años, comenzó en Barcelona, donde coincidieron en la Escuela de Bellas Artes, que entonces estaba ubicada en la Llotja (Escola), donde Pallarès acudía, como se comprenderá, por su amor a la pintura y al dibujo. En esta escuela era profesor José Ruiz Blasco, padre de Picasso, y Manuel Pallarès, a la jubilación de José, ocuparía su plaza. Pallarès visitaría anualmente a Picasso, cuando ya era anciano, acompañado de su nieto. Dicen que nada placía más al pintor de Málaga que recibir a su viejo amigo.

Sobre Orta de Sant Joan nada mejor que reproducir lo que Norman Mailer, en la biografía del artista titulada “Yo, el rey”, dice. “Hasta el viaje desde Barcelona a Horta de Ebro es como un viaje iniciático. Pallarès y Picasso fueron en tren hasta Tortosa, donde les esperaba el hermano de Pallarès con una mula (…) avanzaron por el fértil valle del Ebro, con sus huertos de naranjos todavía en flor (…) El camino se iba estrechando a medida que avanzaban, y a los veinticinco kilómetros más o menos, ya no era más que una senda de caballería que discurría por una profunda hondonada a la que no llegaban los rayos del sol. La sobrevolaban los buitres y serpenteaba a uno y otro lado de las rápidas aguas del río, que los viajeros cruzaban por vados en los lugares menos peligrosos”.

En Orta de Sant Joan hace ya años que recuerdan las estancias de Picasso, no sólo porque se haya transmitido el recuerdo, si no porque han destinado a él un centro que lleva su nombre, “Centre Picasso d’Orta”.

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