Tras un año ajetreado y sin parar ni un minuto, de ninguna hora, de cualquier día, que mejor lugar para perderse que Cariño. Un pequeño pueblo de tradición pesquera ubicado en A Coruña. A tres kilómetros al norte del cabo Ortegal, un indescriptible rincón, punto mágico y referente de todos los cariñeses. Allí donde se separan el Mar Cantábrico y el Océano Atlántico, Cariño te ofrece todo lo necesario para desconectar de la estresada vida cosmopolita.
Playa y montaña, solo hay que mirar hacia delante o hacia detrás. Impresiona ver como desde un mismo lugar puedes disfrutar de las dos maravillas que nos ofrece la naturaleza. Un paraje natural que el hombre aun no ha destrozado, consecuencia por la que cada año frente al faro se puede disfrutar de la migración de miles de especies de aves marinas europeas que adornan el paisaje cada temporada.
Si los propios acantilados del promontorio son dignos de mención, con los tres afilados y conocidos Aguillóns al norte, hacia el oeste podemos observar en primer término la sobrecogedora Punta do Limo, con su espectacular pared rocosa, por encima de la cual algunos ríos vierten sus aguas directamente al mar formando increíbles cascadas de varios cientos de metros de altitud.
Desde la orilla de la playa podemos ver la escarpada costa que comenzamos a ver desde el cabo Ortegal hasta el final de la ría, o mejor dicho hasta donde la vista nos deja. Playa de fina arena listas para ser disfrutadas en la mejor compañía, y con toda la tranquilidad que puedas imaginar y la que el clima gallego te ofrezca.
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