viernes, 11 de marzo de 2011

100 años de historias


Entre calles estrechas y bajas construcciones de la época de los Austrias y posteriores, emergen majestuosos los enormes rascacielos del paisaje, forman lo que parece un río, es la Gran Vía.

La Gran Vía ha cumplido 100 años, 1300 metros de calle por la que cada fin de semana pueden llegar a pasar hasta  1 millón de personas. Una arteria vinculada al cine y al comercio y que hoy cuenta con casi 400 locales comerciales. El rey Alfonso XIII la inauguró en abril de 1910 con el nombre de Av. de conde de Peñalver. Durante la republica se llamó Av. de Rusia y en la dictadura Av. de José Antonio, pero para los madrileños siempre será la Gran Vía.

A finales del siglo XIX Madrid apenas superaba el medio millón de habitantes y no tenían ninguna avenida donde exhibirse, donde brillar, donde hacer desfilar a sus ejércitos, por eso el rey encargó al arquitecto Carlos Velasco diseñar lo que hoy conocemos como la Gran Vía. Para ello fue necesario derribar 300 edificios y 14 calles. La función principal de la Gran Vía era facilitar el tráfico entre el este y el oeste de la ciudad. Posteriormente se convirtió en un lugar donde la exclusividad dejaba paso al lujo. Hoy al ver su edificios, apenas percibimos la grandiosidad que hace decenios caracterizó a esta calle.

En realidad la Gran Vía no ha cambiado mucho en estos 100 años. Ahora el ayuntamiento estudia una revolución, un proyecto del arquitecto Miguel Oriol que plantea hacer de esta calle un jardín sin coches. Sin embargo, cada día circulan por ella alrededor de 100.000 vehículos. El autor de esta idea, ve en ella la recuperación  del comercio de lujo.
No sabemos cómo será la Gran Vía dentro de otros 100 años, pero sí que seguirá siendo una parte esencial de Madrid.


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